martes, 3 de mayo de 2011

Yo tengo un chándal!

Me siento en mi cama con el ordenador sobre un cojín,
la luz de la lámpara de noche está encendida y suena "L´italiano".
(Da al play)

Esta canción la descubrí el domingo,
mientras mezclaba el humo de un cigarro con sonrisas,
y sentía en mi cara el viento que entraba por la ventanilla del coche.

Esa sensación,
esos sentimientos son los que merecen la pena.
Sonrío al imaginar que vuelvo a estar allí...
Y dejo de sonreír cuando siento que otras cosas ya no valen la pena.
Pero mi sonrisa sólo desaparece un instante,
lo justo para volver a recordar cuántas personas quieren y merecen mi sonrisa.
Y cuántas no. Ya no.

Me he puesto el chándal,
pero no para huir, no quiero correr detrás del tiempo,
ni detrás de nadie.
Quiero saltar alto,
y cada vez más alto,
para conseguir mis metas.
Quiero correr,
para que no me alcancen los recuerdos.
Y de vez en cuando quiero hacer una voltereta, llamada locura,
que me descoloque los planes. Porque ahí está lo bello de la vida.

Os dejo un poema de Borges, a mi me encanta:

Y Uno Aprende
Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano y encadenar un alma.
Y uno aprende... que el amor no significa recostarse,
Y una compañía no significa seguridad.
Y uno empieza a aprender...
que los besos nos son contratos,
y los regalos no son promesas.

Y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos.
Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para planes...
y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo... uno aprende que si es demasiado
Hasta el calorcito del sol quema.

Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
En lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale.
Y uno aprende y aprende...
Y con cada adiós uno aprende

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